II. Segundo dogma: La sola scriptura y la libre interpretación de la Biblia
Testimonio de Scott Hahn
"En mi clase de historia de la Iglesia, uno de mis mejores estudiantes (antiguo católico), hizo una presentación sobre el Concilio de Trento. Después de la presentación él hizo una tremenda pregunta embarazosa que yo nunca había escuchado.
Dijo: «Profesor Hahn, usted nos ha enseñado que la doctrina de sola fide no es bíblica, y que este grito de guerra de la Reforma no tiene ningún fundamento en la interpretación de Pablo. Como usted sabe, el otro grito de guerra de la Reforma fue sola scriptura: que la Biblia es nuestra única autoridad, en vez del Papa, los Concilios de la Iglesia o la Tradición. Profesor, ¿dónde enseña la Biblia que «sólo la Escritura» es nuestra única autoridad?»
Me le quedé viendo, y empecé a sudar frío.
Nunca había escuchado esa pregunta antes. En el seminario yo tenía la fama de ser una especie de avispón socrático, siempre poniendo en aprieto a otros con mis preguntas; pero ésta nunca se me había ocurrido.
Contesté lo que cualquier profesor, cogido desprevenido, hubiera dicho: «¡Qué pregunta tan tonta!» Pero en cuanto estas palabras salieron de mi boca, me quedé estupefacto, pues había jurado que, como maestro, nunca usaría esa expresión.
Pero el estudiante no se acobardó. Él sabía que no era una pregunta tonta.
Así que mirándome directamente a los ojos, dijo: «Entonces déme por lo menos una respuesta tonta».
Le dije: «Vayamos primero a Mateo 5, 17, y veamos luego 2Timoteo 3, 16-17: «Toda Escritura, inspirada por Dios, es útil para enseñar, para argüir, para corregir y para formar en la rectitud de manera que el hombre de Dios sea completo, equipado para toda obra buena». Y luego también miraríamos a lo que Jesús dice acerca de la tradición en Mateo 15.
Su respuesta fue cortante: «Pero, profesor, Jesús no estaba condenando toda tradición en Mateo 15, sino sólo las tradiciones corruptas. Cuando 2Timoteo 3, 16 menciona «toda Escritura», no dice «sólo la escritura» es útil. También la oración, la evangelización y muchas otras cosas son esenciales. ¿Y qué decir de 2Tesalonicenses 2, 15?»
«Oh,... sí..., 2Tesalonicenses --murmuré-- ¿qué es lo que dice allí?»
«Pablo dice a los Tesalonicenses: Así, pues, hermanos, manténganse firmes y fieles a las tradiciones que les fueron enseñadas por nosotros, ya sea de viva voz o por carta».
Me salí por la tangente: «Sabes, John, nos estamos alejando del tema. Avancemos un poco más y ya hablaremos algo sobre esto la próxima semana».
Puedo asegurar que él no quedó satisfecho. Y yo tampoco. Mientras regresaba a casa por el periférico aquella noche, miré a las estrellas y susurré: «Señor, ¿qué está pasando? ¿Dónde enseña la Escritura sola scriptura?»
Había dos columnas sobre las cuales los protestantes asentaban su revolución contra Roma. Una ya había caído, y la otra se estaba estremeciendo. Tuve miedo.
Las personas que consulté se sorprendieron de que yo viniera con esa pregunta. Y se sintieron más trastornados cuando yo no quedaba satisfecho con sus respuestas.
A un profesor le dije: «Tal vez estoy sufriendo de amnesia, porque por algún motivo he olvidado las simples razones por las que creemos que la Biblia es nuestra única autoridad».
«Scott, qué pregunta tan tonta».
«Déme, pues, tan solo una respuesta tonta».
«Scott --respondió-- en realidad tú no puedes demostrar la doctrina de sola scriptura con la Escritura. La Biblia no enseña expresamente que ella sea la única autoridad para los cristianos. En otras palabras, Scott, sola scriptura es en esencia la histórica confesión de los reformadores por encima y en contra de la pretensión católica de que la autoridad es la Escritura y además la Iglesia y la Tradición. Para nosotros, entonces, ésta es sólo una presuposición teológica, nuestro punto de partida más que una conclusión demostrada».
Después me ofreció los mismos textos de la Escritura que yo le había dado a mi alumno, y yo le di las mismas agudas respuestas.
«¿Qué más podríamos añadir?» quería saber.
«Scott, ¡mira lo que la Iglesia católica enseña! Es obvio que la Tradición católica está equivocada».
«Obviamente está equivocada», acepté. «Pero, ¿dónde se condena el concepto básico de tradición? Por otro lado, ¿qué quiso decir Pablo cuando requería de los tesalonicenses que se ajustaran a la tradición tanto escrita como oral?» Seguí presionando. «¿No es irónico? Nosotros insistimos en que los cristianos sólo pueden creer lo que la Biblia enseña. ¡Pero la Biblia no enseña que ella es nuestra única autoridad!» ("Roma Dulce Hogar", págs. 53-56).
Para los protestantes, la única regla de fe es la Biblia. Ella es la única fuente de la revelación y la única vía por la que Dios nos revela su Verdad doctrinal y moral. Debido a esta doctrina, no admiten nada que no esté contenido en ella (a excepción de las sectas que admiten también lo que creen ha sido revelado a su fundador como palabra de Dios).
Su lema es: "Si no está en la Biblia, no es verdad. Tiene que estar en la Biblia para que sea cierto.”
1. Sólo la Escritura o ¿toda Escritura?
¿Dónde dice la Biblia que solamente ella es la única fuente de la revelación? ¿Existe algún texto que enseñe lo de sólo la Escritura?
Ante esta pregunta los protestantes utilizan el siguiente texto para justificar y apoyar la doctrina.
2Timoteo 3, 14-16: “Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quienes lo aprendiste, y que desde niño conoces las sagradas Letras, que pueden darte sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena”.
¿Toda Escritura es lo mismo que sólo la Escritura? Si afirmamos que todas las chinas contienen vitamina C, ¿es correcta la afirmación? Sí. Si afirmamos que sólo las chinas contienen vitamina C, ¿es correcta la afirmación? No. ¿Por qué? Porque existen otros alimentos que contienen esa vitamina. Luego no es lo mismo sólo que toda.
Del mismo modo si aplicamos esta analogía al texto de San Pablo veremos que allí el Apóstol no quiere decir ni enseñar que sólo la Escritura es la Palabra de Dios, sino toda Escritura que ha sido inspirada por el Espíritu de Dios.
Además hay que considerar lo siguiente, ¿dónde la Biblia da la lista de todos y cada uno de los libros que la componen? ¿Quién, en definitiva posee la autoridad para establecer dicha lista y la seguridad infalible de que son esos libros? Como vemos aquí lo de solo la Escritura se viene abajo. Para establecer la lista oficial de los libros que han de componer la Biblia, dicha autoridad debe ser externa y visible.
Luego el texto utilizado por los hermanos separados no prueba su doctrina o “dogma de fe”.
2. ¿Qué dice la Biblia?: Lee y estudia Romanos 10, 13-18.
a. ¿Contiene la Biblia todo lo que Jesús dijo e hizo?
“Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; crean, y, por su Nombre, tendrán vida" (Juan 20, 30-31).
"Jesús hizo muchas otras cosas. Si se escribieran una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros" (Juan 21, 25).
Luego existen otras muchas cosas que Jesús pudo muy bien haber enseñado y que no están contenidas en la Escritura. Luego...
b. ...¿existe otra fuente, a parte de la Biblia, por la que Dios nos ha revelado su Verdad?
“Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones (paradosis, dice él en griego para referirse a lo que se transmite de boca en boca o a viva voz) que habéis aprendido, de viva voz o por carta” (2Tes. 2, 15).
¿Qué significa de "viva voz"? Viva voz no es otra cosa que la transmisión hablada, no escrita, y predicada del Evangelio de la Salvación.
Éste era el modo o método ordinario mediante el cual los apóstoles y discípulos de Cristo comunicaban la Buena Nueva.
c. ¿Cómo se transmite la Verdad revelada no contenida en la Biblia?
“Tú, pues, hijo mío, mantente fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros” (2Timoteo 2, 1-2).
Conclusión: Si Cristo hubiese querido que su enseñanza fuese propagada a base de sólo lo escrito, sencillamente hubiera mandado a sus discípulos a escribir todo lo que él enseñó. ¿Dónde hubiera cabido tantos libros sobre la obra de Jesucristo como nos asegura San Juan?
3. La libre interpretación de la Biblia (principio y raíz de la división, anarquía y relativismo de la fe).
Con la doctrina de Sólo la Escritura, los protestantes (Martín Lutero y los demás reformadores) desarrollaron otra doctrina basada en este principio: "la libre interpretación" la cual enseña que cualquiera, movido por el Espíritu Santo (¡¿?!), puede interpretar la Sagrada Escritura. Pero, ¿qué nos dice esa misma Biblia al respecto. Veamos:
2Pedro 1, 20-21: “Sépanlo bien: nadie puede interpretar a su gusto una profecía de la Escritura, ya que ninguna profecía proviene de una decisión humana, sino que los hombres de Dios hablaron movidos por el Espíritu Santo".
Cuando un protestante da una interpretación de la Escritura, ¿quién le asegura que su interpretación de dicho texto es correcto? Luego tienen un enorme y terrible problema de veracidad. Por eso el católico que entable un diálogo o debate con un protestante, debe exigirle una evidencia objetiva de que su interpretación es la correcta; el católico ante la misma exigencia puede responder que, la seguridad de su interpretación se la da la Iglesia que Cristo fundó a la que con mucho orgullo pertenece (como se observa, mientras el protestante hace caso omiso o no escucha la advertencia del apóstol, el católico de acuerdo a la autoridad que posee la Iglesia Católica -Efesios 3, 8-11- sí posee la garantía de que su interpretación es la correcta).
Algunos protestantes dirán que es por medio del Espíritu Santo, pero esta respuesta es muy subjetiva, por lo que no ofrece ninguna garantía, máxime si consideramos la gran cantidad de interpretaciones diversas, que podemos hallar según la cantidad de iglesias o congregaciones existentes. Por consiguiente, el protestante no puede asegurar infaliblemente que su interpretación sea la correcta. Por eso San Pedro nos sigue advirtiendo:
2Pedro 3, 15-16: "Y consideren que la paciencia del Señor con nosotros es para nuestra salvación, como ya se lo escribió nuestro querido hermano Pablo con la sabiduría que se le ha dado, y lo repite en todas las cartas donde habla de estos asuntos. Hay en ellas algunos puntos difíciles de comprender que las personas ignorantes y poco firmes en su fe tuercen, lo mismo que las demás Escrituras, para su propio perjuicio".
Como ejemplo a este descalabro doctrinal en el protestantismo, lee el siguiente tratado titulado "El vandalismo de la Biblia" (toca imagen):
a. La libre interpretación de la Biblia es signo de contradicción doctrinal y división eclesial.
Es un hecho evidente que el protestantismo lleva en su seno el germen de la división al sostener la libre interpretación de la Biblia, es decir, como la Biblia es la máxima autoridad y nadie tiene el 'monopolio' de interpretarla (esto en teoría porque en la práctica cada grupo o congregación la interpreta según su fe), es lógico que cada cual la interprete según su punto de vista, como mejor le convenga, como, según dicen ellos, el Espíritu Santo le inspire; así, el Espíritu Santo, más que Espíritu de Verdad, se convierte en cautivo de las pretensiones y caprichos humanos. Y luego nos dicen a los católicos que no debemos someternos a la autoridad de la Iglesia, a enseñanzas de hombres cuando son ellos los que se ven obligados a someterse a las interpretaciones y autoridad de sus pastores, iglesias o concilios, y si no les agrada dichas interpretaciones, se mudan a otra iglesia con la misma facilidad con la que se cambia un vestido, o, simplemente, se funda una nueva secta.
b. La libre interpretación de la Biblia como signo de inseguridad doctrinal.
Uno de los beneficios de la Iglesia Católica Apostólica y Romana es el de la estabilidad y seguridad que ofrece sus enseñanzas en lo esencial, es decir, lo que pertenece estrictamente a la Divina Revelación y ha sido dado a conocer a través de la predicación «ya sea de viva voz (Tradición) o por carta (Santa Escritura)» (2Tesalonicenses 2, 15), y que han llegado a nosotros gracias al Magisterio de la Iglesia.
El Protestantismo, en cambio, como hemos visto, no ofrece esa garantía ni seguridad, ni mucho menos estabilidad en sus enseñanzas las cuales están fragmentadas conforme a la vasta cantidad de iglesias y sectas existentes. Ante esta realidad, ¿cómo pueden pretender tener, cada una, la verdad total? ¿Cómo un pentecostal, bautista, presbiteriano, luterano... puede asegurar tener y enseñar la verdad plena cuando dichas doctrinas se amparan en interpretaciones basadas en la libre interpretación de la Biblia?
c. La libre interpretación como origen de enseñanzas de hombres, no del Espíritu Santo, pues éste no puede contradecirse.
Es un principio básico que se desprende tanto de la Biblia como de la simple razón, que si sólo existe un solo y único Dios, ha de existir una y única Verdad Absoluta; y si existe una y única Verdad Absoluta que es Dios, ésta no puede reducirse a pedacitos conforme a los gustos y deseos humanos, sino en mantener su integridad, su estabilidad, su unidad conforme al querer de Dios. Ahora bien, si como hemos visto esa Verdad se ha dado a conocer en Jesucristo, las enseñanzas por él reveladas y entregadas al hombre habrán sido bajo un estricto control que asegure la máxima unión y pureza de esa Revelación. Todo lo anteriormente dicho hasta ahora es un argumento fuerte de ello. De tal manera, sin miedo a equivocarnos, de que si es solamente en la Iglesia Católica Apostólica y Romana en la que Dios ha depositado toda la verdad que él ha querido darnos a conocer, las iglesias separadas, aunque puedan tener algo de verdad, no están fundamentadas en la Divina Revelación, sino en enseñanzas puramente humanas, verdad que puede deducirse por la misma e intrínseca realidad que las distinguen: las constantes y continuas divisiones y contradicciones.
¿Podemos, entonces, confiar en una institución que ha sido edificada sobre la arena? ¿Que ha sido establecida sobre dos postulados que, en vez de unir, lo que han hecho es dividir, crear conflictos, confusión e inestabilidad para el cristianismo? ¿¡Cómo es posible que Dios haya querido tamaño desorden!?
4. La Tradición Apostólica de la Iglesia Católica
Cuando hablamos de la Tradición de la Iglesia, es claro que se refiere a la enseñanza que Cristo nos dejó y revelada y protegida por el Espíritu Santo transmitida a los apóstoles y de éstos a la Iglesia universal. En ningún momento se refiere a las tradiciones puramente humanas y surgidas a lo largo de la historia de cada país y cultura; dichas tradiciones se enriquecieron y embellecieron con la Tradición de la Iglesia y viceversa (“Escudríñalo todo y quedate con lo bueno”, aconseja San Pablo).
La Tradición de la Iglesia es otra de las tranquillas que los hermanos separados rechazan como doctrina no bíblica. Con lo que se ha dicho hasta ahora es suficiente para dejar bien claro que ella sí se fundamenta en la Sagrada Escritura. A continuación daré algunos textos que confirman bíblicamente está verdad.
a. La Tradición como herencia y transmisión de la enseñanza de los apóstoles: "Lo que aprendiste de mí, confirmado por numerosos testigos, confíalo a hombres que merezcan confianza, capaces de instruir después a otros" (2Timoteo 2, 2).
b. La predicación como medio ordinario de transmitir la fe: "Por lo tanto, la fe nace de una predicación, y la predicación se arraiga en la palabra de Cristo" (Romanos 10, 17).
c. Alabanzas para quienes guardan las tradiciones: "Los alabo porque en todo se acuerdan de mí y porque guardan las tradiciones (paradosis, dice San Pablo en griego) conforme se las he entregado" (1Corintios 11, 2).
d. La tradición oral y escrita como medios ordinarios para transmitir la enseñanza de la Iglesia: "Por eso, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta" (2Tesalonicenses 2, 15).
e. "Hermanos, les ordenamos, en nombre de Cristo Jesús, el Señor, que se aparten de todo hermano que viva sin hacer nada, a pesar de las tradiciones que les transmitimos" (2Tesalonicenses 3, 6).
Claro, la Biblia protestante en su traducción evita utilizar la palabra tradición, más bien doctrina, enseñanza… y así pretenden evitar cualquier conflicto. Pero la realidad es que, la palabra utilizada por San Pablo (paradosis - término griego para tradición activa, lo que se transmite) indica claramente que se refiere a la tradición, en este caso la Tradición Apostólica, es decir, la enseñanza de los apóstoles, la enseñanza recibida de Cristo y confirmada por el Espíritu Santo (Juan 14 y 16).
Vemos, pues, que la misma Biblia no enseña y tampoco apoya lo de sólo la Escritura, sino que la Palabra de Dios es dada a conocer por dos fuentes: la escrita o por carta y la de viva voz o tradición que es transmitida de boca en boca. Luego esta columna de sólo por la Escritura que es fundamental para sostener la teología protestante no posee fundamento bíblico, por lo que, según su propio razonamiento ("Si no está en la Biblia, no es verdad. Tiene que estar en la Biblia para que sea cierto") también se ha venido abajo, ha sido destruida. Queda, pues, una columna. ¿Logrará sostenerse en pie?
Resumen:
A. Jesús NO mandó a sus Apóstoles y discípulos a escribir, sino a anunciar de viva voz la Buena Nueva del Reino.
B. No todo lo que enseñó Jesús está contenido en la Biblia, sino una parte de ello.
C. Según San Pablo existen dos modos por el que se ha transmitido el Evangelio, "por carta y de viva voz".
D. Jesús NO condena todas las tradiciones, sino las corruptas; y San Pablo alaba a los que guardan fielmente las tradiciones que él y demás apóstoles han transmitido.
E. San Pedro nos advierte que "nadie puede interpretar la Biblia por sí mismo", es decir, la Biblia NO es de libre interpretación como enseña la teología protestante. Luego esta doctrina de la libre interpretación es enseñanza de hombres.
F. Cuando se va a resolver un problema o conflicto en la Iglesia, no se recurre a la Biblia, sino a la autoridad competente de la Iglesia, en este caso la de los Apóstoles (ver Hechos 15).
G. Las primeras generaciones cristianas, desde los Apóstoles hasta finales del siglo IV, no tenían todavía en un solo volumen los libros del Nuevo Testamento. Sólo existían listas parciales o incompletas, hasta que la Iglesia Católica estableció, de forma canónica, los 27 libros que hoy lo componen.
Tercera parte, la teoría de la iglesia invisible
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