CONTENIDO DE APOLOGÉTICA

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RECOMENDACIONES PARA UN BUEN APOLOGISTA CATÓLICO

Por: Gerardo Cartagen Crespo




Una joven que estuvo debatiendo con un ateo me pidió unos consejos, a la que yo le di las siguientes recomendaciones. Espero que también sean de gran utilidad para ti.


Hola Nathalia Zoe Viera, que el Señor te siga bendiciendo.

En respuesta a tu diálogo con un ateo te diré que has estado muy bien, y espero que continúes adquiriendo conocimiento.

Aquí te envío estos datos a modo de recomendaciones. Espero te ayuden a desarrollar de modo eficaz todos los debates en que te envuelvas. Necesitamos apóstoles como tú dispuest@ a defender la fe contra los que la atacan (ataque mundial contra la Iglesia -tratado-), la ridiculizan (vídeo que ridiculiza a la religión) y la tergiversan (vídeo que tergiversa la verdad histórica de Jesucristo sin ningún fundamento histórico). Si no entiendes algo, comunícate conmigo para aclarar dudas. Gracias por darme la oportunidad de ayudarte, pues yo también estoy aprendiendo.



A la hora de iniciar un debate o diálogo, primero hay que establecer varios puntos de utilidad que hay que tener muy en cuenta en este tipo de debates para, de esta forma, no equivocarnos en los argumentos que debamos utilizar, para que así las ideas que hemos de transmitir, puedan ser asimiladas y entendidas por nuestro oponente.

Lo que debemos tener en cuenta es...

  • I. ¿Quién es nuestro oponente?
  • II. ¿Cuáles son sus creencias?
  • III. ¿Qué fin busca con este debate?
  • IV. ¿Qué tan dispuesto está para asimilar, entender y aceptar los argumentos contrarios?

También algo muy importante (siendo lo más difícil de un debate) el humillarse y esforzarse por desprenderse de los prejuicios y de aquellas ideas asumidas como verdad, cuando en realidad no se ajustan a la realidad, y que pudieran llevarnos a utilizar argumentos y expresiones equivocadas. La vida cristiana nos debe llevar a asumir responsablemente estas realidades basadas en la humildad, caridad y verdad.


I. ¿Quién es nuestro oponente? Profesional / no profesional; educado / irrespetuoso; humilde / arrogante; sincero / falso; deseo sincero en la búsqueda de la verdad / u oposición y desprecio a tal creencia o idea por odio debido a malas experiencias mal asumidas... Claro, no es fácil identificar tales actitudes, pero a lo largo del diálogo o debate surgen algunas pistas o señales que nos pudieran sugerir un, aunque vaga, descripción de nuestro opononte. Conocer estas cualidades (positivas o negativas) nos ayudará en el modo de cómo establecer el diálogo y si vale la pena emplear el tiempo en tal debate.

Conclusión: Tratar de identificar la actitud del oponente, y así evitar que el diálogo se convierta en una riña o competencia de ver quién tiene la razón y quién puede más.



II. ¿Cuáles son sus creencias? Éstas, ¿corresponden con la realidad? Este punto es de suma importancia tenerlo muy en cuenta y siempre presente a lo largo del debate; esto evitará el uso inadecuado e innecesario de argumentos, que pudieran ser utilizados en nuestra contra por el oponente (un ejemplo de esto lo vemos reflejado cuando los protestantes acusan a los católicos de seguir a hombres -refiriéndose a la jerarquía-, pero, y ellos cuando asisten a su respectiva iglesia y escuchan la interpretación que les da su pastor o ministro a la Palabra, o cuando son exhortados por su pastor a hacer y realizar tal y cual cosa, ¿acaso no están ellos también siguiendo a hombres? O ¿es que solamente es aplicable a los católicos tal acusación y a ellos no? ¿Existen entonces dos varas para juzgar un mismo acto? Este juicio o prejuicio de los protestantes contra los católicos se debe a que ellos realmente desconocen la Iglesia Católica).

Con relación a las creencias o ideas del oponente debemos saber si éstas están en conformidad con la realidad de lo que se discute.  Por ejemplo, cuando se va a establecer un debate con un ateo sobre la existencia de Dios, lo primero que tiene que hacer el teista es pedirle al ateo una definición del dios que él niega. Si la definición que él da de Dios no se ajusta con la idea que el teista (entiéndase en este caso el cristiano) tiene de Dios, ya se ve que el debate se dará sobre una base o premisa falsa, por lo que no puede proseguir al diálogo. El teista deberá hacer ver al ateo (si es que realmente quiere ver) que su rechazo de ese dios es compartido por el teista, pues ese dios realmente no existe. El teista deberá describir (desde una visión cristiana) quién es realmente Dios desde la Persona de Jesucristo (claro, esto conlleva que el teista debe tener un conocimiento teológico de la naturaleza de Dios, tal y como lo enseña la Iglesia. Para información más amplia sobre la naturaleza de Dios, toca aquí). Si el ateo se resiste a creer en la definición cristiana y católica (en el caso de que sea un católico) de Dios, el debate se convierte en un absurdo, pues el ateo estará defendiendo su rechazo de la idea equivocada que tiene de Dios, mientras el teista defenderá la idea de Dios que el ateo realmente no está negando puesto que no está en su definición de quién es realmente Dios.

Un tercer punto dentro de este tema y que hay que tener muy en cuenta es que, según la creencia del oponente y la naturaleza del debate, así serán las herramientas intelectuales a utilizar (bíblica, teológica, filosófica, científica, histórica, otros). Por ejemplo, si el debate es entre dos católicos sobre algún aspecto de la doctrina de la Iglesia, se utilizará tanto la Biblia como el Magisterio de la Iglesia (Concilios, documentos papales, Catecismo de la Iglesia, otros); si es entre un católico y un protestante, lo más adecuado es utilizar la Biblia y, por parte del católico, también la historia; si es con un ateo, el instrumento intelectual sería la filosofía, las verdades científicas, la historia, otros. Aunque estas herramientas intelectuales no deben ser exclusivas a cada forma de debate, sí son una enorme ayuda a la hora de exponer y defender una idea o creencia.


Un claro ejemplo a lo hasta aquí expuesto es el siguiente: Cuando se va a debatir con un ateo, el argumento bíblico no es el más apropiado ya que, si el ateo no cree en Dios mucho menos creerá en la Biblia, y tal argumento para él es estéril; incluso lo utilizará para tratar de hacer ver, según su interpretación, la falacia de la Biblia y lo absurdo de su contenido. El cristiano podrá utilizar todos los textos bíblicos que desee para probar su postura, pero para el ateo todo le sonará a pura fantasía y lo verá como pura leyenda. Entonces ¿qué debe hacer el creyente?, formarse en temas filosóficos, científicos, históricos (como la arqueología bíblica). Así tendrá una herramienta adecuada contra el ateísmo, y así hacer ver que la fe es razonable y se basa, no en fantasías ni en leyendas, sino en verdades objetivas, conforme a la realidad.


NOTA.  He visto debates de protestantes contra ateos y católicos contra ateos, y no he visto que hayan utilizado (los cristianos) la Biblia para defender su postura. Todo ha sido dentro de bases filosóficas, científicas, históricas...


Aunque sería paradójico continuar con este tipo de debate si el ateo se mantiene en una definición errónea de Dios,  sería bueno para el teísta continuar con él para que, a modo de ejercicio intelectual, le sirva para adquirir, a parte de experiencia en este tipo de actividades intelectuales, ciertos conocimientos que, de otra manera no se hubiesen podido conseguir. O para dar a conocer la verdad del cristianismo en caso de que hayan terceras personas presentes.

Conclusión: Conocer la creencia del oponente y ver si la definición de lo que cree se ajusta a la naturaleza del debate, de lo contrario se estaría defendiendo o atacando ideas o creencias que no están de acuerdo con la realidad. El debate resultaría de alguna manera estéril.



III. ¿Qué fin busca con este debate? Mientras uno de los oponentes busca hacer ver las razones por las cuales defiende lo que cree, el otro oponente tratará de hacer ver que tal creencia no se ajusta a la realidad objetiva. Es decir, lo que se busca es la verdad. En esto el creyente debe prepararse intelectual y espiritualmente bien, y exponer sus argumentos con plena seguridad y confianza de que, lo que defiende es totalmente verdadero y está conforme con la realidad objetiva.


Pudiera ser que, un oponente lo que busca es ridiculizar lo que cree el otro, el diálogo en estas circunstancias se tornaría estéril y, en algunos casos contraproducente si el que es ridiculizado no está bien preparado y las herramientas intelectuales que utiliza no son las adecuadas (es como aquel creyente que le quiere probar a un no creyente la realidad de Dios por la Biblia, cuando el no creyente no cree en la Biblia).


Conclusión: Si lo que se busca es la verdad, el debate resultará fructífero; pero si lo que se busca es ridiculizar al otro, el debate pudiera ser estéril, pero también beneficioso para el que es ridiculizado, pues si sabe utilizar la evidencia podrá hacer ver a su oponente como un farsante, puesto que si necesita ridiculizar al otro es que, no posee credibilidad en sus argumentos y se debilitaria su posición.



IV. ¿Qué tan dispuesto está para asimilar, entender y aceptar los argumentos contrarios? Hablando con un ateo me manifestó lo siguiente: "Gerardo, yo no creo en Dios, y si Jesucristo se apareciera ahora mismo aquí, lo despreciaria y lo rechazaría totalmente". Esta confesión de este ateo nos deja ver la terrible realidad de que, para el que no quiere creer ni ver la verdad, no existe ni un solo argumento que lo pueda convencer; pero quien sinceramente busca la verdad y quiere hallarla, existen gran cantidad de argumentos para llegar a ella.

Esta realidad hay que tenerla en cuenta, sabiendo que con un oponente así, el diálogo con él será estéril, pero beneficioso para el que debate con él, pues en el proceso, por el hecho de que hay que buscar información para profundizar sobre el tema en discusión, se va creciendo en conocimiento; y si hay terceros observando y escuchando el debate, se convierte en una oportunidad de dar a conocer la verdad de Dios, de Jesucristo y de su Iglesia.

Conclusión: La disponibilidad de ambas partes de reconocer el error,  pero también lo que hay de cierto en el otro, es un acto de humildad que difícilmente se da en un debate, pero no es imposible. El verdadero diálogo radica en reconocer nuestros propios errores cuando se nos hacen ver así, y reconocer la verdad que pueda tener el otro, cuando los argumentos están del todo de acuerdo con la realidad objetiva.


Otras recomendaciones que hay que tener en consideración para que el debate sea lo más objetivo posible y, por ello, fructífero, es lo siguiente:

Lo primero que se debe tener muy en cuenta es, ¿cuánto conocimiento tengo del tema a debatir? ¿Me siento capacitado para dar las respuestas correctas a las preguntas que se me hagan?

A mayor conocimiento, entendimiento y dominio se tenga del tema, mayor será las probabilidades de salir airoso, de hacer una exposición de los argumentos que resulten ser muy convincentes y de dar respuestas claras y precisas a las preguntas y objeciones del oponente o de terceros presentes. De aquí que es bien importante conocer y entender el tema a discutir

NOTA.  En este blog de Oasis de Salvación y Verdad hallarás gran cantidad de material formativo (tratados, vídeos, enlaces a otros sitios web de formación...) que podrás utilizar para el conocimiento y defensa de las verdades de la fe católica.

El uso de los argumentos deben ser objetivos y convincentes. En lo posible evitar argumentos subjetivos, al menos que la naturaleza del tema así lo permita, pero siempre lo menos posible.

Es importante que mantengas el control del debate y evita que se pase de un tema a otro sin que el anterior se haya aclarado. Los protestantes en esto son muy astutos, pues cambian de tema con demasiada facilidad, y enredan a su oponente con demasiados temas sin poder resolverse. 

Cuando estés debatiendo y tu oponente te cambia de tema con una pregunta, insiste en que primero hay que aclarar el tema que se está discutiendo, te darás cuenta que casi siempre lo hacen por falta de argumentos, y este brincar de un tema a otro les ayuda a salir de un seguro atolladero. ¡No lo permitas y mantén el control! 

NOTA. Antes de continuar con la segunda parte (o después), te recomiendo que veas y escuches los siguientes temas de apologética. Te ayudarán a desarrollar temas de debates con bastante seguridad, confianza y certeza.





SEGUNDA PARTE: La Iglesia Católica puesta a prueba

Estudia y analiza los siguientes debates en los que se ataca terriblemente a la Iglesia Católica e identifica si los argumentos de uno y otro bando son sólidos, consistentes y convincentes. Para ello utiliza las recomendaciones descritas arriba.

En mi opinión los debatientes católicos no supieron responder ni defender adecuadamente la Iglesia..., ¿en qué fallaron? Creo que pudieron haberlo hecho mejor. ¿Es posible refutar los ataques y cuestionamientos de los oponentes? Estudialos y analizalos cuidadosamente.


A. Debate sobre la existencia de Dios:



Lamentablemente en este debate la parte católica considero que no estaba debidamente preparada, mas el testigo como evidencia fue subjetivo. En este tipo de debates se debe evitar en lo posible el argumento subjetivo que, aunque es muy valido para un creyente, no es convincente para los oponentes.

Compara el debate anterior con estos:

¿Dios existe o no existe? Parte 1




¿Dios existe o no existe? Parte 2




Debate entre un teista y tres ateos:




B.  ¿La Iglesia Católica es una fuerza para el bien en el mundo? (Subtitulada):




En este debate tampoco los católicos se prepararon adecuadamente para este tipo de enfrentamiento, mas no supieron aprovechar el tiempo disponible, que los oponentes sí supieron aprovechar, incluso más del reglamentario.


Ve los siguientes datos que, la parte católica pudo haber utilizado de modo admirable, para dejar establecida la importancia fundamental y totalmente necesaria de la Iglesia en el mundo:

Las buenas obras de la Iglesia Católica en el mundo




La Iglesia Católica, constructora de la civilización occidental




TERCERA PARTE: Temas de debates contra el cristianismo católico

Los temas que se tratan en un debate, suelen ser los siguientes (se entiende que se refieren a temas religiosos): Dios, Jesucristo, Cristianismo e Iglesia Católica, Biblia y doctrinas católicas. 

A.  DIOS
Este tema es fundamental, pues la profesión de fe "Creo en un sólo Dios,...", es el fundamento de la fe y el soporte fundamental de todo lo que se cree. Sin esta fe, todas las demás creencias no tienen sentido y se derrumban. De aquí el enorme y titánico esfuerzo (en universidades, medios de comunicación, gobiernos y demás instituciones enemigas de la Iglesia) de hacer ver la inexistencia de Dios, o en su defecto, presentarlo muy diferente y totalmente opuesto al concepto cristiano católico.

Arriba (cap. II) he puesto dos videos sobre debates de la existencia de Dios para que estudies y analices las razones teistas vs las ateas y saques tu propia conclusión. A continuación te presento otra serie de vídeos para que los estudies y analices con él mismo fin.

Debate sobre la existencia de Dios:




Analiza los siguientes argumentos ateos y trata de ver si realmente tienen fundamento con la realidad filosófica, teológica e histórica. 








Ve los siguientes vídeos de argumentos católicos sobre la existencia de Dios

¿Por qué los ateos están equivocados?




¿Puede el ateísmo llevarnos a un mundo mejor?



¿Hay pruebas sobre la existencia de Dios?






B.  Jesucristo: Pendiente.  


C.  La Iglesia Católica:

¿Podemos afirmar y asegurar que la Iglesia Católica Apostólica y Romana, es realmente la verdadera y única iglesia de Jesucristo? ¿Qué evidencias bíblicas e históricas podemos presentar para demostrar esta afirmación? Veamos...

La Iglesia de Cristo:




La Iglesia Católica, forjadora de la civilización occidental





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Oasis de Salvación y verdad, toca aquí para: Información y formación para el católico de hoy (tratados, vídeos, blogs y páginas web, otros) sobre Dios, Jesucristo, Iglesia, Divina Revelación (Biblia y Tradición), Dogmas de fe, protestantismo y ateísmo, leyendas negras contra la Iglesia y las contribuciones de la Iglesia a la Humanidad...



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