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RAZONES POR EL QUE SABEMOS QUE LOS TESTIGOS DE JEHOVA NO ES OBRA DE DIOS

Por: Gerardo Cartagena Crespo





A continuación trataré de dar a conocer y de explicar algunas razones (de las muchas que existen) por las que conoceremos que esta secta no es obra de Dios, sino de Satanás, el padre de la mentira.

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Ver segunda parte: ¿Jehová o Yahveh?

Contenido en esta primera parte:

  • La congregación de los Testigos de Jehová es una obra puramente humana, no divina
  • Fracaso de sus profecías de los últimos tiempos
  • Los innumerables cambios que le han hecho a la Biblia

Contenido en segunda parte:

  • ¿Jehová o Yahveh?
  • El Nombre sobre todo nombre
  • Jesús ¿es Dios o una criatur?
  • Niegan la inmortalidad del alma humana y, con ello, muchas verdades fundamentales de la fe cristiana
  • Es una secta que sentencia a muerte a sus miembros


Entre tantas sectas y congregaciones, grupos, movimientos y denominaciones que dicen y aseguran ser la verdadera Iglesia de Jesucristo, los Testigos de Jehová son una de las sectas de mayor proliferación y más combativas contra el cristianismo, sobre todo contra la Iglesia Católica. Y es lamentable el ver como muchos católicos caen en sus garras.


1. Fundador: Charles T. Russel (1852-1916).

2. Se acoge a las profecías del fin del mundo y del milenio (muy comunes en su época), predicadas especialmente por los adventistas de G. Miller.

3. Para la década de 1870 organiza un movimiento llamado inicialmente “Estudiantes Sinceros de la Biblia” hasta que, en 1931, el Juez Rutherford le cambia el nombre por el de Testigos de Jehová.

4. Russel profetiza que Cristo vendrá de incógnito, es decir de modo invisible para 1874, y después, para 1914, se manifestará para juzgar al mundo y aniquilar a los reprobos en la batalla del Armagedón por el que resplandecerá la época milenaria.


La congregación de los Testigos de Jehová es una obra puramente humana, no divina

Advertencia de la Biblia contra los falsos profetas de los últimos tiempos:

1Timoteo 4, 1ss: «El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas.»

2Timoteo 4, 3-4: «Pues vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán una multitud de maestros según sus deseos. Estarán ávidos de novedades y se apartarán de la verdad para volverse hacia puros cuentos.»

La secta de los Testigos de Jehová fue inventada para mediados de 1870 por Charles T. Russell. Luego, según las advertencias bíblicas contra los falsos profetas de los últimos tiempos, este movimiento religioso no es obra de Dios, sino de los hombres instigados por Satanás, el padre de la mentira y la división.

Los Testigos de Jehová, valiéndose del término "testigo", para tratar de justificar y encubrir su origen humano, dicen que su origen se remonta hasta antes de Cristo, en el Antiguo Testamento.

Esto, claro está, es una falacia y un anacronismo, es decir, una contradicción histórica.

Primero: es verdad bíblica que Cristo instituye, o sea, funda su Iglesia (ekklesia dice el texto en griego) para la proclamación y propagación del Reino de Dios. (Ver: Mateo, 16, 18; Hechos 20, 28; Efesios 3, 8-11; e innumerables textos más que lo confirman.) Luego la verdadera Iglesia (o congregación como la llaman ellos) de Jesucristo no puede existir antes de Cristo.

Segundo: el nombre de la secta «Testigos de Jehová», es un nombre inventado en 1931, por lo que antes no se llamaban así, sino Russelistas (por su fundador) o Estudiantes de la Biblia. Además, el nombre dado a Dios (Jehová), es un nombre inventado por un grupo de judíos para el siglo IX o X de la era cristiana; luego es un nombre de Dios falso, erróneo y no bíblico.

Tercero: no existe ninguna evidencia o prueba histórica que mencione, tan siquiera de lejos, la existencia de la secta antes de 1870. Luego el pretender tener una existencia antes de dicha fecha e, incluso, antes de Cristo es una gran mentira de la secta.


Fracaso de sus profecías de los últimos tiempos

Dice Moisés en nombre de YaHWeH con respecto a los falsos profetas:

Deuteronomio 18, 21-22: «Acaso vas a decir en tu corazón: "¿Cómo sabremos que esta palabra no la ha dicho Yahveh?" Si ese profeta habla en nombre de Yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que Yahveh no ha dicho tal palabra; el profeta lo ha dicho por presunción; no le tengas miedo.»

En forma positiva, leemos:

Jeremías 28, 9: «Si un profeta profetiza la paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, se reconocerá que le había enviado Yahveh de verdad.»

Ahora bien, sucede que tanto Charles T. Russell (el fundador de la secta) como sus sucesores cometieron la imprudencia de profetizar el fin de los tiempos actuales, el retorno de Cristo y el establecimiento del reino milenario en diversas fechas. Y así, Russell profetizó el retorno de Cristo y el milenio de paz para 1914, año en que daría inicio tal periodo; pero paradójicamente, conforme a lo dicho por Dios sobre los falsos profetas, no solamente no vino Cristo ni dio inicio el reino de paz, sino que en ese año estalló la Primera Guerra Mundial.

Para 1889 T. Russel en “Estudios de la Escrituras 2”, páginas 76.78.185, dice y asegura que, “en vista de la evidencia fuerte de la Biblia, consideramos como una verdad establecida el que el fin cabal de los reinos de este mundo y el establecimiento completo del Reino de Dios en la Tierra se realizará para el fin de 1914”.

Y en 1891 dice que “Dios ha mostrado que durante estos cuarenta años (que dio inicio en 1874) se realiza una cosecha de santos, terminando en 1914. El principio de la fase terrestre del reino de Dios en 1914 será la resurrección de los santos como Juan el Bautista, Abel, Abraham, Jacob y todos los profetas. El fin del mundo vendrá en 1914”.

Como "buen" falso profeta que fue, Russell al ver que no se cumplió su profecía, la trasladó para 1918, muriendo él en 1916 sin poder ver el fracaso e incumplimiento de la profecía.

En Estudios de la Escrituras 7, página 404, 1917 se asegura que, “el Día de la venganza, la cual comenzó con la Guerra Mundial en 1914, estallará en una tormenta furiosa en 1918”.

En la revista La Atalaya (revista fundada en 1879) -versión en inglés-, 1 de octubre de 1917, página 6149 (reimpresión), dice: “Nos quedan solamente algunos meses antes de que se manifieste la Gran Noche”.

Su sucesor, Rutherford, como buen “hijo” de su padre fundador, profetiza el advenimiento de los Patriarcas del Antiguo Testamento a esta tierra para 1925, por lo que manda a construir una gran mansión en California para que residieran en ella. Al no cumplirse la profecía, decide establecerse en ella, y es para 1931, en una asamblea general de la secta, que le cambia el nombre por el de Testigos de Jehová, y se dedica a borrar la memoria de su fundador.

En Millones que ahora viven no morirán jamás, página 73, de 1920, se dice y asegura que, “Como ya lo hemos indicado, el gran ciclo de jubileos terminará en 1925. En ese entonces será reconocida la fase terrestre del reino. Por lo tanto podemos confiadamente esperar que 1925 marca el regreso de Abraham, Isaac, Jacob y los fieles profetas de la antigüedad, especialmente los nombrados por el Apóstol en Hebreos, capítulo once”.

Al no cumplirse esta profecía, el fin del mundo y el inicio del milenio es trasladado para 1941. Y así:

La Atalaya (inglés), 15 de agosto de 1941, página 288: “El libro nuevo ´Hijos´probará ser útil en los últimos meses que quedan antes del Harmagedón”.

La Atalaya (inglés), 15 de septiembre de 1941, página 347: “Estamos en los meses cercanos antes del Harmagedón”.

A pesar de los fracasos de las profecías anteriores y bajo la presidencia de Nathan Homer Knorr (1905-1977) y segundo sucesor de Russel, se atreven a lanzar otra profecía del fin del mundo y el pronto establecimiento del reino milenario para 1975.

Vida eterna en libertad de los hijos de Dios, páginas 29.30, 1966: “Según esta cronología bíblica fidedigna, seis mil años desde la creación del hombre terminarán en 1975 y el séptimo periodo de mil años de la historia
humana comenzará en el otoño de 1975 E.C.” (Los Testigos de Jehová al referirse a la era cristiana no la reconocen como tal, sino como Era Común-E.C.).

La Atalaya, 15 de abril de 1967, página 235, se lee: “Según un cálculo más reciente de la cuenta de tiempo de la Biblia, seis mil años de la existencia del hombre terminarán en la segunda mitad del año 1975. El milenio bíblico está delante de nosotros”. E ideas parecidas las hallaremos en La Atalaya del 15 de septiembre de 1967, página 550; Misterio del Reino (inglés), marzo de 1968, página 4; La Atalaya, 15 de septiembre de 1968, página 559.

Luego, según la Biblia, el incumplimiento de estas profecías los cualifica como una secta más fundada por falsos profetas de los últimos tiempos.

Nota. Los Testigos de Jehová al acusar a la Iglesia católica de inmoralidad, se adjudican ellos el ser los santos e irreprochables hijos de Dios, pero en su revista La Atalaya del 1 de enero de 1985, página 13, reconocen lo siguiente: “Por extraño que parezca, aun personas prominentes en la organización de Jehová han sucumbido a prácticas inmorales, como la homosexualidad, el intercambio de esposas y abuso deshonesto de menores”.


Los innumerables cambios que le han hecho a la Biblia

Dice el libro del Apocalipsis 22, 18-19: «Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: "Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo de las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro."»

Aunque la advertencia se hace sobre el libro del Apocalipsis, también es una advertencia que es extensiva a toda la Sagrada Escritura por ser palabra de Dios revelada.

Un signo claro de que una secta, no solamente no es de Dios, sino que es obra directa de Satanás, es cuando adultera, cambia, añade y le quita al Texto Sagrado palabras claves para hacerle decir lo que no dice, y así acomodar el texto a la doctrina de la secta. Eso le pasa a la secta de los Testigos de Jehová.

Para la década de 1950, los Testigos de Jehová han sacado una nueva versión de la Biblia que han llamado: «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.» En realidad es una Biblia que ha sido tan adulterada para tratar de ajustarla y encajarla a la doctrina de la secta que, ya no es ni puede considerarse Palabra de Dios, sino de los hombres, en este caso de los supuestos traductores de la secta.

Veamos algunos ejemplos:

1. Para negar la divinidad de Cristo, han añadido palabras inexistentes en el texto original, tales como:

a. Juan 1, 1: «En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios.» Lo mismo hacen en Juan 10, 33.

Como se puede observar, la palabra "un" es añadida, puesto que en el original griego no existe, y "dios" aparece con d minúscula.

Con ello se pretende enseñar que la Palabra no es Dios consustancial con el Padre, sino un ser inferior a Dios.

2. Para negar la presencia real de Cristo en el pan consagrado, cambian el verbo "es" ("estin" en griego, del verbo "ser" que indica identidad, realidad), por uno que indica figura o representación.

En 1 Corintios 11, 24 traducen: «Y, después de dar gracias lo partió y dijo: "Esto significa mi cuerpo..."» Y de igual manera traducen con la sangre de Cristo y en la Última Cena de los demás Evangelios.

Al hacer esta falsificación y adulteración del texto de esta manera, podemos inferir que, los traductores de la secta de los Testigos de Jehová reconocen la fuerza y realidad del verbo ser: «Esto es mi cuerpo..., esta es mi sangre.» Es por eso que se ven obligados a cambiar el termino o verbo que indica identidad o realidad por uno que indica representación o figura. De ahí que, la secta de los Testigos de Jehová, sin quererlo, le están dando la razón a la Iglesia Católica sobre la correcta interpretación de la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

3. En Mateo 16, 18, cuando Cristo hace la promesa de que va a edificar su Iglesia sobre Simón Pedro, traducen: «Y sobre esta masa de roca...» ("Masa de" está añadido.) De igual manera evitan utilizar la palabra griega ekklesia (iglesia) y la cambian por congregación; o la de la cruz, por «madero de tormento», pues niegan el que Cristo murió en una cruz, sino en un simple palo vertical.

4. A la Virgen María, en el Evangelio de Lucas 1, 28, se minimiza el valor de la gracia recibida de Dios y traducen: «Y cuando entró (el ángel) delante de ella dijo: "Buenos días, altamente favorecida, Jehová está contigo."»

«Buenos días» no es lo mismo que «Alégrate», saludo con el que el ángel proclama el júbilo mesiánico; «altamente favorecida» no es lo mismo que «llena de gracia», con el que el texto griego señala a María como la que ha estado y sigue estando llena del favor divino.
(Una cosa es estar llena -total, plena, completa-, y otra cosa es altamente -que falta o no está totalmente llena.) Y «Jehová está  contigo» no es lo mismo que «el Señor está contigo», máxime que el nombre Jehová es un nombre inventado, una falsificación y adulteración del glorioso nombre de Dios: YaHWeH.

«La biblia de los Testigos de Jehová no lleva los nombres de sus traductores. Sin embargo, por lo que se ha llegado a comprobar, Fred Franz (tercer sucesor de Russel) fue el principal traductor junto con Nathan Knorr, George Gangas y Albert Schroeder, otros miembros de la cúpula de la secta. En realidad a ninguno de ellos se les reconocía por hebraístas o helenistas.

»La Biblia que utilizan los Testigos de Jehová ha sufrido numerosas enmiendas con el objeto de dar coherencia a los principios doctrinales de la secta. Un testigo relacionado con el comité que tradujo la Biblia dijo que los traductores, con Franz a la cabeza, se sentaban en una mesa grande con unas treintena de diferentes traducciones de la Biblia, pasando versículo por versículo, escogiendo aquellos que más les convenían. Incluso utilizaban a menudo la traducción de Juan Greber, un sacerdote apóstata que hizo una traducción de la Biblia con la ayuda de un médium espiritista» (El poder oculto de los Testigos de Jehová, página 29. Ed. San Pablo. 1ed. 2000).

Ahora bien, ¿cómo los católicos podemos asegurar que la Biblia de los Testigos de Jehová está adulterada?

Algunas doctrinas que enseñan los Testigos son también enseñada por los protestantes, por lo que, la traducción bíblica de los protestantes, en esos puntos, debería estar en consonancia con la de los Testigos. Veamos.

1. Los protestantes, al igual que los Testigos, no admiten la supremacía de Pedro y Vicario de Cristo, luego les era a los protestantes más conveniente traducir “Y sobre esta masa de roca...” si el texto griego así lo hubiese indicado, y no como aparece en la Biblia protestante de Reina Valera: “Y sobre esta roca”, que puede ser muy bien interpretada como la función que ejercerá el cambió de nombre de Simón a Pedro, o sea, piedra o roca.

2. Pero el texto que mejor indica la falsificación de la Biblia de los Testigos, es el siguiente. Los protestantes, al igual que los Testigos, no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía o pan consagrado, sino que simplemente es un mero símbolo, figura o representación. Por consiguiente a los protestante se les hubiese hecho fácil y muy de acuerdo a su doctrina del simbolismo del pan y del vino, el traducir, tal y como lo hace la biblia de los Testigos, "Esto significa mi cuerpo... Esto significa mi sangre..." si el texto griego así lo indicara, pero la Biblia protestante, Reina Valera, traduce “Tomad, comed; esto es mi cuerpo...”, indicando con el verbo ser (“es”, del griego estin) la realidad de la presencia de Cristo, y no un mero símbolo.

3. Ahora bien, existen otros textos en el que se invierte el problema de la adulteración y cambio de la Palabra de Dios para ajustarlo a una doctrina, como acontece en la Biblia protestante. Los protestantes, como los Testigos, no creen en la Tradición, más bien la condenan aduciendo que Cristo la condenó; pero lo que realmente Cristo condena son las tradiciones corruptas de los hombres, y no toda la tradición.

En la Biblia católica, el apóstol al hablar de la transmición de la Palabra de Dios, indica que ésta se hace por medio de una tradición. Y es que “la fe nace de una predicación, y la predicación se arraiga en la palabra de Cristo" (Romanos 10, 17).

a. "Los alabo porque en todo se acuerdan de mí y porque guardan las tradiciones (paradosis, dice San Pablo en griego) conforme se las he entregado" (1Corintios 11, 2).

b. "Por eso, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta" (2Tesalonicenses 2, 15).

c. "Hermanos, les ordenamos, en nombre de Cristo Jesús, el Señor, que se aparten de todo hermano que viva sin hacer nada, a pesar de las tradiciones que les transmitimos" (2Tesalonicenses 3, 6)Y como referencia ver: (2Timoteo 2, 2).

Ahora bien, en las veces que el apóstol menciona tradición, la Biblia protestante, en su edición de Reina Valera que tengo frente a mí, traducen “doctrina”, “enseñanza” o “instrucciones”, mientras que la biblia de los Testigos traduce en todas las veces “tradiciones”. Por eso digo que aquí se han invertido los papeles. Para que el texto pueda decir enseñanza o doctrina, el texto griego debería utilizar la palabra “didakhe”, mas bien la que utiliza es “paradosis” o transmisión; es el nombre griego de la tradición activa.

4. Tanto protestantes como los Testigos creen y enseñan que María no merece las prerrogativas y exaltaciones que le tributan los católicos, por consiguiente tanto la Biblia de los Testigos cuando traduce “Buenos días, altamente favorecida,...”, y la protestantes Reina Valera al indicar “¡Salve, muy favorecida!”, minimizan así la grandeza y singularidad de María cuando el texto griego la exalta con “Alégrate, llena de gracia,...”

Nota. Para quien desee profundizar en el sentido bíblico de "la llena de gracia" y su significado, enlace aquí:  EL SENTIDO EXACTO DE "LA LLENA DE GRACIA" Y EL SENTIDO DE "ESTAR EN GRACIA"

Nota. Es interesante que la traducción protestante utilice “salve” de la traducción latina de San Jerónimo, ya que esta palabra expresa un saludo dirigido únicamente a los emperadores y las personalidades más importantes del imperio. Es decir, la Biblia protestante reconoce la grandeza e importancia de María en la obra de la Salvación.

Por consiguiente, si nos dejamos llevar por los ejemplos de los textos anteriores, tanto los protestantes como los Testigos no son fieles al texto bíblico al traducirlo de tal manera que se ajuste a sus doctrinas y enseñanzas.

Estos argumentos y muchos más señalan e identifican a la secta de los Testigos de Jehová, como un movimiento religioso más de los últimos tiempos, inventado por los hombres y confusión de los que, no queriendo escuchar la verdad contenida en la verdadera y única Iglesia fundada por Jesucristo (Mateo 16, 18-19; Hechos. 20, 28; 2Tes. 2, 9-12), le dan la espalda a Dios y al Evangelio de Jesucristo que los puede salvar.


Ver segunda parte: ¿Jehová o Yahveh?

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